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El canto, la música, el baile y el hebreo en el Gan

El Gan Ierushalaim se caracteriza por ser un marco de formación multi e interdisciplinario, donde los niños y niñas ejercitan diversas inteligencias y vivencian, a través de las distintas expresiones artísticas, las festividades patrias y judaicas.

Los morim de las materias especiales del Jardín son educadores de vasta trayectoria, apasionados por su tarea y comprometidos con la construcción de una identidad humana y judía en los alumnos.


La Morá Carlina nos relata que en su espacio de “Lenguaje Teatral y Corporal”, los niños disfrutan del teatro y la actuación. Por ejemplo, en Purim, se festejó el jag haciendo máscaras de yeso con la forma de las caras de los chicos; en el proyecto “Pregoneros” los alumnos se convirtieron en vendedores ambulantes, serenos y faroleros pregonando sus cantos, como era en las calles de la Córdoba colonial. Además, se contaron algunas de las historias de aquella época y hasta lograron bailar danzas típicas como el minué y el candombe.

Con los más pequeños del Jardín se estimula el desarrollo de la creatividad, solicitándoles que transformen con su imaginación elementos corpóreos tales como tubos, telas, aros, etc. en objetos diferentes: caballitos o alas de pájaros.


En las clases de la Morá Sol, la sala de tres años trabajó con canciones de tradición popular que desembocaron en actividades plásticas: leyeron los libros “Los Cinco Patitos”, “El Señor Pececito” y por medio de formas lúdicas, se llegó a la exploración de distintos materiales artísticos.

Los chicos de cuatro años experimentaron talleres literarios de lectura de cuentos. Uno de ellos, “Botas sin gato” fue empleado para trabajar las texturas visuales y el manejo de acuarelas, además de ejercitar la narración de los alumnitos al contar el cuento una y otra vez.


En las clases del Moré Juan se juega mucho con historias, motivando el movimiento. Con los chicos de tres años trabajamos con el cuento "El Huemul", donde exploraron los animales del bosque, el desplazamiento de los peces, los cocodrilos, entre otros.

Desde el proyecto “Conocimiento Corporal”, con los chicos de sala de cuatro años, se realizan recorridos explorando niveles: arriba de sillas como si fueran montañas, o haciéndose chiquitos para caber debajo de ellas; e ingresando en cuevas donde viven las hormigas, jugando a ser guardabosques.

Con sala de cinco se trabajó con la consigna “Salvamos animales” trasladándolos desde un lugar alto y frío hasta el abrigo de los brazos de los chicos. Además, ejercitaron el equilibrio llevándolos en la cabeza, haciéndolos volar o deslizándolos por el piso. El proyecto que se agregó este año se titula “Reconocimiento de los pies”: los chicos jugaron a descalzarse y sentir con todas las superficies de apoyo; luego untaron esas superficies con talco y dejaron sus huellas por todo el Gan.


Las horas de hebreo se disfrutan junto a la Morá Diame, quien enseña canciones y juegos para realizar un primer acercamiento y familiarización con el idioma del pueblo judío. En las kitot más chicas, se refuerza permanentemente el vocabulario del día a día: “Gadol/katán (grande/ chico)”, “neshiká (beso)”, “jibuk (abrazo)”, “ha shem shelí… (mi nombre es…)”.

En la kitá de cuatro años, en esta primera etapa se trabajó sobre diferentes ejes temáticos: las partes del cuerpo, los integrantes de la familia, objetos y juguetes.

En la kitá de los más grandes se hicieron memotest y otras actividades lúdicas con los nombres de animales y prendas de vestir, familiarizándose con nexos que permitieron responder preguntas y organizar frases simples, como por ejemplo: “¿Le mi iesh? (¿Quién tiene…?)”, “Iesh li (yo tengo), “Ani lovesh/et… (yo visto…)”.

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